A
SANTA TERESA DE JESÚS
Llueven, aún, tus palabras
al alma, en hirientes versos.
Son gotas sueltas de amor,
tan encendidos deseos.
¿Cómo fue, Teresa, dime,
con el Niño, aquél encuentro?
¡Qué no sabrías tú darle,
qué no tendrías tú dentro!
Yo... ¡Teresa de Jesús!
dime tú... ¿niño pequeño?
Yo... ¡Jesús de mi Teresa,
y es amor que siempre sueño!
¡Ay, Dios mío, quién pudiera,
tener ese amor tan cierto.
Como un niño, siendo niño,
águila en tan alto vuelo!
Tu canto son las palabras:
amor... y taladro... ¡y fuego!
mi dueño... dardo... ¡mi Dios!
¡qué encendidos pensamientos!
Fuiste la amante perfecta,
fiel solamente a Tu Dueño.
¡Tu querer, amor divino,
tu soñar, amor eterno!
Eulogio Díaz García
No hay comentarios:
Publicar un comentario