LAS TORRES ENCENDIDAS DE UNOS OJOS
que me dejan absorto en su mirada,
algo tienen que dejan abismada,
algo guardan cerrado en mil cerrojos.
Al que quieran harán caer de hinojos,
y al que amen presa ya será atrapada,
al que buscan jamás será dejada,
si olvidan soñarán con sus enojos.
Quedarán, como siempre, los veleros,
que se atrevan surcar sus níveos mares,
o entre nubes quitar quieran su velo.
Bellos ojos tras luces en sus fueros,
que dominan al mundo en sus altares,
y en mirando será entregado el cielo.
Eulogio Díaz García
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