miércoles, 13 de junio de 2012

                  DE HERIDAS DORMIDAS, ROJAS


                    ¡Dime rosa di por dónde
                   tus colores son secretos,
de heridas dormidas, rojos,
del rojo sabor a beso!
Eres luz  de sangre hiriente,
y en el campo tus deseos,
se hacen vida, lunas blancas,
y celo en los ojos ciegos.
Ya ves, de mirarte tanto,
mis ojos son más sinceros,
mis labios -granadas rojas-
son besos de suaves velos.
Mi sueño, sutil abrazo:
-ese río tan pequeño-
mirar tu cintura frágil,
tenerte, el mayor deseo.
Y ponerte en mi ventana,
para ser dorado verso,
de la aurora luz y antorcha,
del ocaso, su reflejo.

Eulogio Díaz García


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