HÁBLALE DE MI, TAL VEZ QUISIERA
Quién pudiera ser lágrima de estío,
o recuerdo de un alma que naciera,
o palabra de un verso que supiera,
decir o entretener asunto mío.
Quién pudiera, siquiera en lo que ansío,
decir al corazón del que me viera,
háblale de mi, tal vez quisiera,
llenarle de su amor a mi vacío.
Es tanto lo que en mí siempre lo espero,
que ya ni es fiel amigo el largo empeño,
ni a veces, el consuelo es la esperanza.
Venga a mí, si es que hay alguien que lo alcanza,
me busque por doquier entre mi sueño,
a ese amor que es del cielo prisionero.
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